Los fenómenos de la vida social escapan a toda fórmula general a toda ley científica y la pretensión de fundar una sociología es una quimera. Pero los primeros pastores que observaron el cielo estrellado, los primeros agricultores que observaron trataron de adivinar los secretos de la vida de las plantas, debieron experimentar la misma impresión ante el luminoso desorden del firmamento la idea de explicar el cielo y las selvas por un pequeño número de nociones lógicamente encadenadas bajo el nombre de astronomía y de biología, si esta idea hubiera podido ocurrirseles, había parecido a sus ojos el colmo de la extravagancia
No es la relación de la causa con el efecto, el solo elemento propio del conocimiento científico, sino también la historia pragmática que es un encadenamiento de las cusas y efectos.
La historia nos constituye una ciencia más que la medida en que las relaciones de casualidad que nos señala. Las matemáticas no nos muestran nunca la casualidad como un hecho determinante y positivo y cuando pretenden hacerlo, la presenta siempre disimulándola bajo la forma de una ecuación. Las matemáticas son por lo tanto, una ciencia, el gran efecto de las matemáticas está en no ver mal las adaptaciones de los fenómenos.
La repetición, la oposición y la adaptación; las tres llaves diferentes de que la ciencia hace uso para abrir los arcanos del universo.
Pero de estas tres llaves, la primera y la tercera son mucho más importantes que la segunda. La primera y la segunda constituyen lo que podríamos llamar una ganzúa poderosa, la tercera más delicada, da acceso a lo más oculto y más preciados tesoros, la segunda intermediara y subordinada, nos revela los choques y las luchas de una utilidad pasajera, especie de término medio destinado a desvanecerse poco a poco, aunque nunca por completo y a no desaparecer sino parcialmente.
Estas consideraciones son necesarias para que la sociología merezca el nombre de la ciencia. No conseguirá elevarse ni más ni menos que otra ciencia cualquiera sino poseyendo y teniendo conciencia de que posee, el dominio propio de repeticiones, el dominio propio de oposiciones y el dominio propio de adaptaciones. Las falsas repeticiones por repeticiones verdaderas, las posiciones falsas por verdaderas oposiciones, las armonías falsas verdaderas armonías y también estas repeticiones, oposiciones y armonías.
Después de encontrar las semejanzas superficiales y aparentes, se logra hallar otras semejanzas más reales y más profundas. Y sucede que solamente después de haber percibido antes las semejanzas elementales que las superiores, más amplias, más complejas, más vagas, es cuando dichas semejanzas pueden ser explicadas y reducidas a su justo valor. Se justo entonces semejantes entre sí a todas las estrellas fijas o errantes, soles o planetas, y no se estableció diferencia sino entre aquellos y el sol y la luna, que eran considerados como los únicos astros sujetos a leyes distintas de las regidas a los demás. Así, la astronomía ha progresado.
La astronomía se ha engrandecido de un modo gigantesco con las diferencias de estas gravitaciones siderales, sin diferencia en velocidad, distancia y trazados de las órbitas, pues la atracción está en razón directa de las masas y en razón inversa del cuadro de distancias. La astronomía ha basado sus estudios en semejanzas y repeticiones y que su progreso ha consistido en tomar, como punto de partida para sus investigadores, semejanzas y repeticiones únicas o muy contadas, de gigantescas apariencias para unir a ellas un sin número de semejanzas y repeticiones infinitesimales, reales y elementales, que además han explicado la existencia de las primeras, a precisión de los instrumentos que hoy se emplean para esas observaciones, ha permitido distinguir en las repetidas evoluciones de estos astros muchas diferencias entre ellos, especialmente, los de Levierre).
Los cuerpos celestes, comprobando que entre ellos existen diferencias, también las hay entre los seres que los habitan. La pretendida lay de Spencer sobre la inestabilidad de lo homogéneo, no aclara nada, y por consiguiente la única manera de explicar la florescencia de las diversidades exuberantes ante los fenómenos, consiste en admitir en el fondo de las cosas una infinidad de elementos de carácter individual. Así como las semejanzas de fondo se han convertido en semejanzas de detalle, de las diferencias de fondo, imperfectas y bien visibles se han transformado en diferencias de detalle infinitamente perfectas, he aquí lo que se refiere al mundo físico.
En un principio se diferenciaba notablemente lo que comparamos mientras se comprobaban muchas cosas que diferenciábamos. Las semejanzas y repeticiones que percibimos, en las cuales se inspira la moderna ciencia de los organismo, son superficiales y engañosas. La botánica ha progresado aprendiendo a ordenar los caracteres más importantes, es decir, los que se repiten con mayor frecuencia y los más significativos no son loas más salientes sino, por el contrario, suelen ser los más ocultos, los más insignificantes, e indicar sus órganos de generación.
La biología, nació el día en que la teoría celular se mostró que tanto en animales como en las plantas, el elemento infinitamente repetido era la célula, la ovular desde luego. Esta conformidad en los precedentes que nosotros denominamos hábito o herencia, es la forma propiamente vital de la repetición como las ondulaciones o en general los movimientos periódicos, en la forma física y la imitación.
Vemos que el proceso de la herencia de la ciencia de los seres animados ha tenido por consecuencia derribar poco a poco las barrearas que los separaban bajo el punto de vista de sus semejanzas y repeticiones, sustituyéndolas por otras más aparentes. Al mismo tiempo que admitimos diferencias múltiples que son las que constituyen la originalidad individual, cada vez más notable de los organismos, es condición precisa también admitir originalidades en las células. Es preciso convenir que la verdadera causa origen de las especies, es el secreto de la célula, trabajo de un óvulo inicial de la originalidad prodigiosamente fecunda. Aquí al igualmente se ha pasado de consideraciones prematuras cuyo fundamento eran analogías varias y ficticias de una grandiosa ilusoria, a generaciones basadas sobre un cúmulo de hechos parecidos, de una semejanza relativamente clara y precisa.
Hace largo tiempo que la sociología trabaja en su formación. Ha intentado dar los primeros pasos a través del caos de los hechos sociales. Detenida entonces la evolución de la sociología, ha comenzado desde su origen en los tiempos modernos. Chateaubriand, en su ensayo sobre las revoluciones traza una paralela entre la revolución de Inglaterra y la revolución Francesa y se entretiene comparando la más tenues semejanzas. Esta pretensión de encerrar los hechos sociales entre las formulas de desenvolvimientos que les evitarían repetirse englobadas con insignificantes variaciones ha sido el sueño de la sociología. Ha sido indispensable reconocer que estas pretendidas reglas están plagadas de excepciones y que la evolución lingüística, jurídica, religiosa, política, económica, artística y moral no tiene un solo cambio, sino una intrincada red de vías, en la que los cruces son numerosos. Dan origen a este aserto de lingüísticas, los mitólogos y especialmente los economistas.
Estos especialistas de la sociología han descubierto un sin número de interesantes analogías entre hechos consecutivos o concomitantes que se producen a cada instante dentro de los residuos limites en que se encierran sus estudios. Es cierto que estas semejanzas, cuando la lingüísticas o economistas han intentado darles forma de leyes han resultado imperfectas y relativas, pero esto debido a su apresuramiento en enunciarlos sin haber arrancado del seno esas verdades parciales la verdad general que encierran, el hecho social elemental que la sociología persigue esperando poseerlo para darlo a luz. La sociología llega a convertirse en una especie de asociaciones, engrandeciendo y exteriorizando, por lo cual pierde su originalidad, la psicología inter entra, pues está estudia las analogías que existen entre varios individuos, y ante la necesidad de averiguar el hecho social elemental. La relación entre un sujeto y su objeto que a la par es lo primero, no es más que una percepción que no se asemeja en nada a la cosa percibida y que autoriza, por estas causa al aceptíco idealista a poner en duda esta realidad. Esta relación no es otra cosa que un impulso físico dado o recibido, una relación de fuerza motriz entre el sujeto y el objeto inanimado o viceversa, según que se trate de un estado activo o pasivo. Lo que dos sujetos pueden comunicarse teniendo en conciencia de lo que hacen, es sus conocimientos, sus altos voluntarios, sus juicios y sus sentimientos, sus formas que pueden permanecer siendo las mismas a pesar de sus diferencias y que son producto de la elaboración espiritual ejercida indiferentemente, esto no importa, sobre signos sensitivos. La energía de tendencia psíquica, de avidez mental, que yo llamo deseo, es como la energía de la sorpresa intelectual, de adhesión y construcción mental, que yo titulo creencia, la comente homogénea y continua bajo la cual la variable coloración de los tonos de la efectividad propia de cada individuo circula idéntica. Cuando digo que toda verdadera ciencia tiende al demonio propio de repeticiones, afirmo que la verdadera ciencia reposa sobre las cualidades que le son peculiares.
Si se niega este carácter, se declara imposible la sociología, pero es evidente que no se puede negarse y la prueba es que las cantidades de que se trata de, son propiamente sociales. y su naturaleza cuantitativa aparece destacada claramente, encontrándose el espíritu en un estado de mayor perceptibilidad al ponerse a frente de las masas más voluminosas bajo la forma corrientes de fe o de pasión popular. Cuando mayores son las preposiciones de una colectividad y mas notable el flujo y reflujo de una opinión. Las estadísticas adquieren mayor desarrollo a medida que los estados se engrandecen, aprecia a través de los actos humanos reunidos por ella sus deseos y creencias. La estadística de los valores de la bolsa expresa las variaciones de la confianza pública en el éxito de tales o cuales empresas. La estadística judicial por sí misma, no ofrece gran interés al consultarla, encuentra en ella la progresión o regresión, en la progresión de la criminalidad bajo los aspectos procesales o delictivos.
También aporta datos para la sociología, la estadística de la población. Como se produce esta convergencia de director, en dirección en las energías individuales, haciéndolas susceptibles de formar un todo social. Es espontáneamente por un choque fortuito o por una armonía preestablecida. No, si esto sucede es en casos bien raros y no es difícil encontrar analogías que confirmen la regla. Esta relación entre los espíritus y las voluntades que constituyen el fundamento de la vida social, las tendencias del espíritu, solo existen en nosotros en estado de virtualidades realizable bajo las formas más distintas a pesar de su vaga semejanza y entre estás realizaciones posibles, la indicación de un primer indicador imitado determina la elección de una de ellas.
El carácter constante de un hecho social cualquiera, es ser imitativo. y este carácter es exclusivamente propio de los hechos sociales. M. Giddings que por otra parte con un talento notable, se me ha hecho una obsesión especiosa, se imita, dice él, una sociedad a otra se imitan hasta los mismos enemigos, los armamentos y astucias de la guerra, los secretos del oficio. Pero la objeción en admira por proceder de un auto que considera a la lucha entre las sociedades como un poderoso agente. Es verdad pues que no solo entre individuos agrupados en sociedad cada nuevo acto de imitación tiende a fortalecer el lazo social sino también entre individuos todavía no asociados prepara la imitación, tendiendo muchos hilos invisibles, el lazo que formará la asociación venidera. Ellas caen por su peso ante los ojos de los que han colocado en mi punto de observación.
Además del origen, esta relación de imitación ha existido también no solo entre un individuo y una masa confusa de los hombres, como más tarde ha ocurrido, sino entre dos individuos solamente, de los cuales el uno niño sino conocimiento de la vida social, y el otro adulto, ya practicó en ella, después de algún tiempo le sirve de modelo individual. Con frecuencia en el transcurso de la vida ajustamos nuestros actos a modelos colectivos. En el fondo buscamos, el bien, solo encontraremos cierto número de ellos y ellas que mezclándose en la confusión se han multiplicado. A esta teoría se le aducen argumentos, llevando el análisis hasta donde yo lo he conducido, hasta la relación inter cerebral de dos espíritus, al reflejo de uno por el otro y solamente entonces se podrán explicar estas unanimidades parciales, esas conspiraciones de los corazones, esas comuniones de espíritu que reciben forma y las perpetua la tradición imitación a nuestros antepasados, ejercen una presión cuanto más tiránica más provechosa para el individuo.
Al estudio de esta relación es pues a lo que tiene que dedicarse el sociólogo, como el astrónomo a la analogía entre dos cuerpos atrayentes y atraídos: a ella es a quién hay que exigir la llave del misterio social, la fórmula de algunas leyes simples universalmente verdaderas que quedan distinguidas a través del caos aparente de la vida y la historia humana. La sociología tiene su semejanza y repeticiones elementales y verdaderas. infinitamente numerosas y en extremo precisas, que han substituido como primera materia de la elaboración científica a las faltas y vagas analogías, existentes en número muy reducido. Es necesario, pues que en lo sucesivo renunciemos sin vacilar las ficticias diferencias que la filosofía de la historia establece entre los pueblos a semejanza de los personajes de un drama inmenso, en el cual cada actor tiene que representar su papel provisional.
El genio semítico, por ejemplo, estaba reputado absolutamente refractario al politeísmo al sistema analítico de los idiomas modernos y al de los gobiernos parlamentarios. Andado el tiempo, será preciso abrir los ojos ante la evidencia y reconocer que el genio de un pueblo o de una raza, en lugar de ser le factor dominante y superior de los genios individuales. El genio colectivo impersonal es no factor de los genios individuales infinitamente numerosos, en su fotografía y no debe ser su antifaz. Para la introducción en este punto de sociología, hemos hecho lo que todas las demás ciencias al progresar, reemplazar semejanzas y diferencias falsas o vagas poco numerosas por innumerables semejanzas y diferencias verdaderas y precisas. Todavía cree necesarias algunas advertencias. Por mucho tiempo no han tenido lugar descubrimientos de índole astronómica elemental, la atracción según la ley netoniana o al menos la gravitación elíptica. Por mucho tiempo se han percibido acciones químicas elementales. La física se ha convertido en físico-química, en ciencia de la naturaleza orgánica en general. El descubrimiento de las semejanzas de que hablamos solo ha dado una unidad parcial a todas esas ciencias esparcidas.
Ha existido, en efecto, ciencias sociales, aunque solo forma de bosquejo, desde los primeros tiempos de la ciencia política, de lingüística de mitología comparada con estética de moral y una economía política bastante compleja. La sociología supone un hecho social elemental. El conocimiento científico siente tanta necesidad de apoyarse en semejanzas y reparticiones. En matemáticas tenemos las alegorías quimeras de un Pitágoras y de un Platón ante ñas sólidas generalizaciones de Arquímedes. No es la comparación entre las sociedades y los organismos a lo que debe la sociología sus notable adelantos y los que todavía llevara acabo sino a la comparación entre las mismas sociedades. Las leyes generales que rigen la repetición imitativa y que son para la sociología lo que las leyes del hábito y la herencia para la biología lo que las leyes de gravitación a la astronomía y las leyes de la ondulación a la física. No obstante tengo que aclarar lo que he presentado bastante confuso, a saber que en el fondo todas estas leyes proceden de un principio superior: la tendencia a propagarse en progresiva geometría de un ejemplo una vez indicado a un grupo social y si este permanece sin perder so homogeneidad. Por esta tendencia no conozco el misterio.
No es solamente una manera de apreciar el asunto y decir en un caso que las fuerzas motrices inherentes a las moléculas del aire han encontrado en este repetición ondulatoria un camino para extenderse, la tendencia a la progresión geométrica en cuestión no es dudosa pero algunas veces ve obstruido su paso por obstáculos de diversos géneros y es bastante raro. ¿Qué obstáculos son esos? Los hay que provienen de la diversidad de los climas y las razas pero no son los más importantes, la traba mayor que detiene la expansión de una inovasión social y su consolidación en costumbre tradicional, es alguna otra inovasión también expansiva que la encuentra en su camino. En efecto cada uno de nosotros vacila entre dos maneras de hablar, tiene lugar una interferencia de irradiaciones imitativas que parten de focos diferentes extremadamente distintos uno de otro.
Estas influencias, lo repito son de dos clases: lógicas y extra lógicas. Debo añadir que estas últimas son también lógicas en cierto modo, esto es lo que yo llamo el torrente de la imitación de abajo a arriba en la escala social la imitación por ciega que haya sido tiene móvil una presunción de superioridad aplicada al ejemplo del modelo que cree ejercer una autoridad social sobre él. No es menos cierto que la opinión de un individuo funda en cierta clase de consideraciones extrínsecas a la naturaleza de dos modelos.
Añadimos que las interferencias de irradiaciones imitativas no son siempre obstáculos sino que muchas veces son alianzas mutuas y sirven para acelerar y amplificar estas mismas irradiaciones.
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